Gente a la que considerabas abierta, y que se considera lo más "in" de la ciudad, te demuestra que sus valores, aunque se anclen en una supuesta oposición, llegan a tocar el fascismo e, incluso me atrevería a decir, el nazismo.
El otro día salí por primera vez en el ambiente y, la verdad, no es nada del otro mundo. Es igual, solo que hay tíos con tíos y tías con tías. Punto.
Me ha sorprendido el hecho de las drogas en los locales -supuestamente- gays. Yo, que las odio a muerte, casi tanto como el alcohol, se veían por todos los lados, de mano en mano, de nariz en nariz, de copa en copa. También, me impresionó el hecho del pasotismo. Es curioso y agradable estar en esos locales en los que todo el mundo va a su "puta bola" y, si quieres algo, bien, si no, pues lo siento.
En fin, hoy, cabreado con el mundo en general, defraudado por mucho con algunos personajes y aprovechando los momentos que realmente merecen la pena... os deseo un feliz fin de semana.
Sin nada más que decir:
Rob.
Rob.
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