jueves, 31 de enero de 2008

10 cosas que prohibiría en una biblioteca...

1.- Quedan terminantemente prohibidos los tacones y demás elementos que suenen al andar, sobre todo si decides llevar unos de 10cm. que te hacen sonar cual caballo a galope.

2.- Prohibidas las fragancias eau de mareo de cualquier aspecto, ya sean hiper caras o vulgares imitaciones. Si pretendes que te mire toda la biblioteca no lo vas a conseguir, porque entre el calor que hace y tu pseudo-perfume consigues un efecto de embriagación que termina en mareos y vómitos.

3.- Si en la puerta pone "prohibido el uso de móviles", es que está prohibido el uso de móviles, no es que el bibliotecario te quiera gastar una broma. Si decides saltarte la norma, te rogaría que pusieras el modo silencio, o a lo sumo el vibrador.

4.- Lo de "se ruega silencio" tampoco es una broma. Para hablar, o contarle a tu mejor amigo lo buena que estaba la tía que te acabas de tirar en el baño -verídico-, tienes una gama de bares de diferente estilo alrededor de la biblioteca, y en toda la ciudad en general.

5.- Por favor, si vas a estudiar con personas cerca, lávate. No es agradable notar un tufillo sobaquil a eso de las 9 de la mañana. A mí personalmente me grita la tostada desde el estómago.

6.- Si me llevo el ordenador a la biblioteca es porque lo necesito. No me mires como si fuera un terrorista cada vez que me suena el tinonín del Windows Vista.

7.- No traspases tu estrés a tus compañeros de estudio. Tranquilidad y buenos alimentos.

8.- Hablando de alimentos; me parece de puta madre que te lleves lacasitos o un chicle, pero por favor, cometelo con la boca más cerrada que abierta. Creo que ayer le ví a alguien lo que había cenado la noche anterior.

9.- ¡Cuidado! ¡Calavera con dos palitos! ¡El bostezo es contagioso!

10.- Última, y más importante. Si ya has acabado los exámenes no lo digas ni en la biblioteca ni en sus alrededores. Hay gente que podría matarte, y lo haría si tuviera algún objeto punzante cerca.






Ya sé que es imposible que la mayoría de estas cosas se cumplan, y no me importarían si ocurrieran de vez en cuando, pero viendo quince días lo mismo, uno se cabrea, coño.

¿No habréis acabado los exámenes ya verdad? Porque ahora sí que tengo un objeto punzante.

Suerte.

lunes, 28 de enero de 2008

¿Alguien me presta tiempo?

Siento actualizar dos meses despues, pero... ¿alquien me presta tiempo?

Jamás pensé que Enero-Febrero -léase temporada de exámenes- fuese algo tan... tan... tan... peculiar y estresante.


Hoy que tengo un ratito a las 4:00h de un domingo previo a un exámen horroroso -que probablemente sea mi asignatura perpetua a lo largo de la carrera-, aprovecho e informo un poco a la poca gente que lee mi blog.


Mis anteriores pruebas fueron relativamente bien.

Llevo un mes prácticamente sin salir y viviendo en la biblioteca de la ponti o en Derecho, depende de las ganas que tenga de andar.

No fui a manifestarme a Madrid en contra de mis instintos, por el exámen.

Desayuno, como y ceno. He eliminado algo tan básico como el pincho para aprovechar esa horita de descanso, que al final se convierte en una y media o dos a lo largo del día.

Hago una media de tres trabajos y dos exámenes a la semana, a lo largo de tres semanas.

Duermo cinco o seis horas como mucho.

No viajo.

He dejado de fumar.

Y tomo un litro de té al día.

A partir del día 1 de Febrero, olvidaros de todo lo anterior...